Hay algunos informes anecdóticos acerca del beneficio terapéutico del cannabis en el síndrome de Tourette, en la distonía y la disquinesia tardía. El uso en el síndrome de Tourette’s está actualmente empezándose a investigar en estudios clínicos y mientras muchos pacientes sólo muestran una mínima mejoría, algunos consiguen una respuesta considerable o el control total de los síntomas. En algunas pacientes de esclerosis múltiple se ha observado beneficio en la reducción de la ataxia y los temblores tras la administración de THC. A pesar de haber casos anecdóticos publicados de mejoría en el parkinsonismo y en la enfermedad de Huntington, no se han podido objetivizar dichos datos. Sin embargo, los productos derivados del cannabis pueden ser útiles en la disquinesia inducida por el tratamiento con levodopa en la enfermedad de Parkinson sin que se produzca un empeoramiento de los síntomas principales.
En los últimos años se llevaron a cabo en la Facultad de Medicina de Hannover, y bajo la dirección de la Dra. Kirsten Müller-Vahl, diversos estudios sobre los efectos del dronabinol en el síndrome de Tourette. Algunos pacientes tratados afirmaron que los síntomas se habían reducido con el consumo de marihuana. Según una encuesta sistemática realizada entre 1994 y 1996 entre 47 pacientes, 13 de ellos (que consumían esta sustancia) notaron una mejoría en los síntomas (Müller-Vahl, 1998). Hay otros informes similares de casos aislados en revistas especializadas (Hemming, 1993; Sandyk, 1998).
El síndrome de Tourette es una compleja enfermedad neuropsiquiátrica que aparece normalmente en la infancia o en la adolescencia, y que se caracteriza por los llamados tics (contracciones repentinas de algunas zonas de la cara, del cuello y de los hombros). También se da el llamado “tic vocal”, que es un sonido involuntario o un insulto. Además puede haber trastornos en los actos, como son autoagresiones o hipersexualidad. A menudo se dan al mismo tiempo la hiperactividad, los trastornos de déficit de atención, las obsesiones y los actos obsesivos.
En un primer estudio de la Facultad de Medicina de Hannover se les administró a los pacientes entre 5 y 10 mg de THC en cápsulas (Müller-Vahl, 2002). Los tics y los síntomas de obsesión disminuyeron. Algunos pacientes afirmaron haber tenido efectos secundarios en algunos momentos, como dolor de cabeza, náuseas, mareos, ansiedad, hilaridad, temblores, sequedad de boca o sofocos. La dosis de cannabinol administrada no afectó mucho ni al ánimo, ni a la capacidad mental, ni a la capacidad de concentración.