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Anorexia y caquexia

Anorexia y caquexia

Se ha observado una estimulación del apetito como efecto del THC cuando se ha administrado en forma fraccionada una dosis total de 5 mg. al día. Cuando es necesario, la dosis diaria se puede incrementar hasta 20 mg. En un estudio a largo plazo con 94 pacientes de SIDA el efecto estimulante del apetito del THC continuó durante varios meses, confirmándose los beneficios obtenidos en un estudio corto de 6 semanas de duración. El THC aumentó el apetito al doble en una escala analógica visual en comparación con el placebo y los pacientes tendían a mantener el peso corporal a partir de los siete meses. También se han obtenidos datos satisfactorios en cuanto a ganancia de peso en un estudio con 15 pacientes de Alzheimer’s que se habían negado a comer. Además, los derivados del cannabis pueden mejorar el apetito de los enfermos con cáncer y con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

EL THC PUEDE TRATAR CON SEGURIDAD Y EFICACIA LOS SÍNTOMAS DE LA ANOREXIA NERVIOSA

Según un nuevo estudio publicado por The Israeli Journal of Psychiatry and Related Sciences, el THC puede ser un tratamiento seguro y efectivo para los síntomas psicológicos de la anorexia nerviosa.

Para el estudio, los investigadores de la Universidad Hebrea y la Institución de Trastornos Alimentarios de la Universidad de Haifa “evaluaron el efecto de bajas dosis de Δ9-THC oral sobre los síntomas autoinformados de pacientes que sufren de anorexia nerviosa (AN) crónica”.

Nueve mujeres de más de 18 años participaron en el estudio. “Seis fueron diagnosticados según los criterios del DSM-IV con tipo restrictivo AN y tres con un tipo activo de purga compulsiva AN”. Su edad media fue de 45.0 ± 3.2 años y su IMC fue de 16.1 ± 1.6 kg / M2. Completaron anteriormente los cuestionarios y después del tratamiento con Δ9-THC (1 mg / día durante una semana y 2 mg / día durante tres semanas). “El resultado primario fue la mejora en la forma en que los pacientes perciben su comportamiento alimentario”.

Según los investigadores, “se encontraron mejoras significativas en el autocuidado del cuerpo, el sentido de ineficacia, el ascetismo y la depresión”. No hubo cambios significativos en el IMC “.

“El presente estudio es el primero en mostrar una mejoría en los síntomas psicológicos del paciente con AN (anorexia nerviosa) cuando se trata con delta-9-THC, sin efectos secundarios”, concluye el estudio. “Estos resultados alentadores en un grupo de pacientes con AN crónica sugieren que las dosis bajas de delta-9-THC deberían estudiarse más como un complemento al tratamiento de pacientes con AN”.

El resumen del estudio concluye afirmando que el “Δ9-THC puede ser un componente eficaz en el tratamiento de los síntomas psicológicos de AN”.

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LOS CANNABINOIDES ATENUAN LA HIPERACTIVIDAD Y PÉRDIDA DE PESO EN LA ANOREXIA

Un nuevo estudio dice que los cannabinoides pueden atenuar (reducir los efectos de) la hiperactividad y la pérdida de peso corporal en la anorexia basado en la actividad. El estudio, publicado por el British Journal of Pharmacology, y publicado online antes de su impresión por Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos.

“Actualmente no existe una terapia eficaz relacionada con los fármacos para esta enfermedad y esto conduce a una alta tasa de recaídas. Los datos clínicos sugieren que una terapia prometedora para tratar y reducir la recurrencia de AN puede estar basada en el uso de fármacos que se dirigen al sistema endocannabinoide (CE) [como los cannabinoides], que parece desregularla en pacientes con AN “.

Con esto en mente, el estudio “investigó si los antagonistas de los  cannabinoides pueden modificar eficazmente los comportamientos anoréxicos y los cambios neuroendocrinos en ratas sometidas a un régimen repetido de ABA con el fin de imitar la condición humana en la que los pacientes experimentan repetidamente enfermedad y recuperación del ciclo.”

Según los investigadores; “Nuestros datos muestran que el tratamiento subcrónico tanto con el receptor CB1 / CB2 agonista natural de Δ9-tetrahidrocannabinol y el sintético agonista de receptor CB1 / CB2 CP-55940 redujo significativamente el peso corporal y la actividad corriente de la rueda en ratas ABA. Estos efectos de comportamiento fueron acompañados por un aumento en la señalización de la leptina y una disminución en los niveles plasmáticos de corticosterona “.

El estudio concluye diciendo que; “En conjunto, nuestros resultados demuestran además que la participación del sistema cannabinoide en una fisiopatología y que las estrategias que modulan la señalización del sistema son útiles para el tratamiento de este trastorno, específicamente en pacientes en los que la hiperactividad física juega un papel central en su progresión y mantenimiento”.

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LA MARIHUANA COMO TRATAMIENTO DE LA ANOREXIA

Un estudio realizado en Bélgica encontró que las personas con trastornos de la alimentación tienen probabilidades de tener un sistema endocannabinoide desequilibrado o disfuncional. Esto significa que los cannabinoides en la marihuana podrían ayudar a equilibrar y corregir los problemas de endocannabinoides encontrados en personas con trastornos de la alimentación. Por supuesto, se necesita más investigación para apoyar estos hallazgos.

Este estudio se realizó en 2011 y estudió a 14 pacientes con anorexia femenina y 16 pacientes con bulimia femenina, por lo que es necesario realizar estudios futuros que involucren a más pacientes y a ambos sexos para comprender realmente los acontecimientos detrás del sistema endocannabinoide y la anorexia.

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EL CANNABIS COMO ESTIMULANTE DEL APETITO

Aunque hay pocos estudios disponibles que investiguen, específicamente, el efecto del cannabis en el apetito de los enfermos de anorexia nerviosa, existen múltiples estudios sobre el efecto del cannabis y los cannabinoides en la forma de anorexia que puede afectar a las personas que sufren de ciertas enfermedades debilitantes, como cáncer, SIDA o hepatitis.

En un estudio de fase II sobre el efecto del THC en el apetito de pacientes con cáncer de 1994, se reveló que, de dieciocho sujetos, trece comunicaron una mejoría en el apetito tras el uso de THC, y sin sufrir efectos negativos importantes. Sobre esa base, se consideró que el cannabis era un estimulante del apetito, eficaz y seguro, para pacientes con cáncer. Sin embargo, un estudio más reciente, doble ciego controlado con placebo y realizado en 2006, no se detectaron diferencias significativas en la calidad de vida, tanto en lo que respecta al extracto de cannabis como al THC, en comparación con el placebo.

Mientras que los resultados de los diferentes estudios existentes pueden variar mucho, resulta evidente que el sistema endocannabinoide desempeña un papel importante en el control del apetito y de la alimentación. Estos estudios, realizados en el pasado, han permitido a los científicos comprender, de una manera mucho más profunda, los mecanismos subyacentes del sistema endocannabinoide y el amplio papel que desempeña en la regulación de procesos biológicos esenciales, como el apetito, la ingestión de alimentos y la saciedad.

EL SISTEMA EC Y LA REGULACIÓN DE LA INGESTIÓN DE ALIMENTOS

A medida que nuestra comprensión del sistema endocannabinoide avanza, empieza a tomar forma el papel que juega en el desarrollo y control de enfermedades como la anorexia.

Un estudio, publicado en 2005, descubrió que los niveles sanguíneos del cannabinoide endógeno anandamida aumentaban significativamente en los enfermos de anorexia nerviosa y trastorno por atracones, mientras que se mantenían normales en los pacientes con bulimia nerviosa. Los investigadores también averiguaron que los niveles de anandamida estaban relacionados, inversamente, con los niveles de grelina, otra molécula que participa activamente en la regulación del apetito y la ingesta de alimentos.

La relación entre la señalización de la grelina y el sistema endocannabinoide se ha estudiado ampliamente, y se ha observado que el THC puede actuar, con eficacia, como sustituto de la grelina en los pacientes con cáncer que reciben quimioterapia. El papel de la grelina consiste en estimular el sistema nervioso periférico y finalmente el cerebro, con el fin de producir sensaciones de hambre cuando el estómago está vacío. Si se produce una ausencia de grelina por alguna razón (en pacientes que reciben quimioterapia, ciertos medicamentos inhiben la liberación de grelina), no se manifiesta la sensación de hambre, ni siquiera cuando el estómago está vacío, y el paciente puede convertirse en anoréxico.

Teniendo en cuenta que la anandamida cumple muchas de las mismas funciones biológicas que el THC, es comprensible que en los pacientes con trastorno por atracones, una gran cantidad de anandamida favorezca una ingesta excesiva de alimentos. No está claro por qué los pacientes con anorexia nerviosa no experimentan (o pueden resistir) el deseo de comer con una cantidad parecida de anandamida.