Éste sitio web usa cookies, si permanece aquí acepta su uso. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de cookies.

User Image

Depresión

Depresión

CÓMO EL CANNABIS TRATA LA DEPRESIÓN

Los beneficios de usar marihuana para aliviar la depresión han sido claros. Puede evitar la necesidad de productos químicos recetados nocivos y, si estás cultivando cannabis tú mismo, sabrás los productos exactos que estás utilizando e incluso puedes cultivar tu hierba orgánicamente para garantizar que tu medicina sea realmente natural.

Aunque los niveles de THC varían entre las semillas de cannabis, incluso las plantas con una dosis muy baja pueden proporcionar alivio contra la depresión de dos maneras:

Primero, el THC puede estimular una sustancia en el cerebro conocida como Anandamida que controla la sensación de bienestar en las experiencias de una persona. Estimular este compuesto permite al consumidor de cannabis reducir sus niveles de depresión y, en algunos casos, deshacerse de todo junto.

En segundo lugar, los usuarios de marihuana descubrirán que el THC también puede estimular la sección de neurogénesis del hipocampo, lo que en realidad puede crear nuevas neuronas en esta parte del cerebro, que en realidad pueden reducir la depresión y sus efectos a largo plazo.

El cannabis también puede funcionar para combatir algunos de los principales efectos secundarios de la depresión. Puede funcionar para reducir la presión arterial alta, evitar que aquellos que consumen alimentos quieran buscar consuelo en la comida y puede ayudar a las personas con insomnio a dormir más.

Las sensaciones experimentadas tras el consumo de cannabis pueden aliviar temporalmente las dolencias físicas y psíquicas. El cannabis puede alegrar un poco la vida. Y es sabido por todos que el ánimo y la alegría de vivir afectan de manera muy positiva en el transcurso de una enfermedad, y que el decaimiento y la desesperación son una mala medicina. La intensidad de los efectos psíquicos del cannabis se puede controlar mediante la dosificación. En el estudio mencionado anteriormente se demostró que una dosis baja es suficiente para producir ligeros efectos antidepresivos sin que se llegue a dar una alteración psíquica notable.

Un enfermo de leucemia (leucemia mieloide crónica, LMC) al que se le prescribió dronabinol para los efectos secundarios provocados por la quimioterapia (pérdida de apetito y náuseas) notó, como muchos otros pacientes, sus efectos antidepresivos: “Estoy tomando dronabinol desde noviembre de 2001; normalmente 500 mg al mes. Entre julio de 2001 y septiembre de 2002 se controló la LMC con 260 microgramos de interferón a la semana. A partir de octubre de 2002 empecé a tomar en su lugar 400 mg diarios de imatinib. Cuando empecé a tomar por primera vez dronabinol, en noviembre de 2001, tuvo un efecto liberador. Comencé a interesarme nuevamente por el mundo; quería y podía escuchar música otra vez, quería y podía leer el periódico de nuevo. El dronabinol me ayudó claramente a superar la depresión física y psíquica provocada por el interferón, e hizo mis días más llevaderos. Pero el dronabinol no pudo hacer frente, al final, a la fuerza del interferón. Creo que una dosis mayor de THC tampoco hubiera surtido efecto. Desde que se me retiró el interferón tomo THC como antidepresivo. Más vale tomar 20 mg de dronabinol (THC) al día que 150 mg de Zoloft”.

DEPRESIÓN NEURÓTICA

Según las experiencias que algunos médicos han tenido con el dronabinol, el THC puede ser eficaz no sólo para las depresiones reactivas (aquellas que aparecen a raíz de una enfermedad grave), sino también para las llamadas neuróticas (un estado de ánimo deprimido, apatía y tristeza durante semanas, e incluso meses, sin que haya ningún motivo especial para ello). Un ejemplo extremo: Una joven tomaba regularmente 13 medicamentos o más, según las necesidades, entre ellos neurolépticos, antidepresivos, analgésicos y tranquilizantes, y ahora sólo necesita tomar tres veces 5 mg de dronabinol (THC) y un antidepresivo. Sus padres le tienen que financiar el dronabinol porque el seguro médico se niega a correr con los gastos.

Otro afectado escribió a su médico contándole que, tras tener que mudarse de ciudad, sus nuevos doctores dieron por sentado que el consumo de cannabis era el responsable de sus problemas psíquicos: “Como puede ver en el informe que le adjunto, padezco desde hace muchos años depresiones, dolores musculares y otros trastornos somáticos, que las distintas terapias que he hecho no han podido curar del todo. Gracias al consumo fortuito de cannabis en casa de un conocido pude advertir que mis dolencias se aliviaban considerablemente. El cannabis mitigó en buena medida los estados de ansiedad, la tristeza depresiva, los dolores musculares y las náuseas provenientes de mi enfermedad psíquica. Me proporciona una calidad de vida que me permite volver a sentir la alegría de vivir. Los problemas han llegado cuando me he vuelto a mudar. Los médicos de aquí son de la opinión que el cannabis es el responsable de mi enfermedad psíquica, lo que no es cierto”.