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Dolor crónico
Dolor crónico
Dolor crónico
Estudios clínicos amplios han probado las propiedades analgésicas de los derivados del cannabis. Entre las posibles indicaciones están el dolor neurológico de la esclerosis múltiple, el originado tras causar daño al plexo braquial, en la infección por VIH, la artritis reumatoidea, el cáncer, el dolor de cabeza, la dismenorrea, la inflamación crónica intestinal y las neuralgias.
El dolor crónico se caracteriza por tener una duración superior a 3-6 meses, puede persistir inclusive si la causa ha desaparecido y puede subclasificarse en dolor nociceptivo (causado por el tejido inflamado o dañado que activa los nociceptores de un sistema nervioso intacto) y dolor neuropático (causado por una lesión o disfunción del sistema nervioso).
MECANISMOS DE ACCIÓN Y TRATAMIENTO CON CANNABIS PARA EL DOLOR
TIPO DE CANNABINOIDES QUE INTERACTUAN CON EL DOLOR CRÓNICO
Las propiedades analgésicas de los cannabinoides se deben básicamente a la presencia de los receptores cannabinoides CB1 (y en menor cantidad CB2, y TRPV) a nivel del sistema nervioso central y periférico. Un estímulo de dolor llega a través de las vías nerviosas a la médula espinal y desde ahí es transmitido hacía zonas del cerebro relacionadas con el procesamiento del dolor. La activación de receptores cannabinoides presentes tanto en la médula como en el cerebro inhiben la transmisión de estas señales dolorosas. A nivel periférico además de inhibir la transmisión de señales, la activación de CB2 reduce la liberación de mediadores proinflamatorios en el lugar de la lesión.
El sistema endocannabinoide se localiza frecuentemente junto con el más potente y mejor conocido sistema de control del dolor: el sistema opioide. Ambos están presentes en las principales estructuras nerviosas implicadas en la transmisión del dolor y se ha podido observar un efecto sinérgico entre ambos sistemas en el control del dolor (Mazanares y cols.,1999; Yesilyurt y cols., 2003).
En un estudio cruzado de doble ciego realizado por Wilsey B., se observó la reacción de treinta y ocho pacientes con dolor neuropático central y periférico que se sometieron a tratamiento con cannabis. Aquí se pudo comprobar que sí hubo una respuesta analgésica sobre estos pacientes, además los efectos psicoactivos fueron mínimos y bien tolerados.
Sin embargo, en un estudio realizado por “Clinical Pharmacology and Therapist”, no se observó ningún cambio significativo en la concentración/tiempo en plasma de Morfina (opioide) después de la exposición al cannabis, pero sí se pudo observar una reducción significativa del dolor crónico después de la adición de cannabis vaporizado. Por lo tanto, se concluyó que: “El cannabis vaporizado aumentaba los efectos analgésicos de los opioides sin alterar significativamente los niveles del mismo en plasma, permitiendo que esta combinación logre reducir las dosis del fármaco, junto a sus efectos secundarios”.
A base de estos datos se puede concluir que la administración conjunta de cannabinoides con opioides podría potenciar el efecto analgésico ofreciendo además ventajas de seguridad ya que de esta manera se reduce la cantidad necesaria de opioides y consecuentemente la aparición de efectos secundarios debidos a estos.